La contaminación mata incluso en concentraciones legales en Europa
Varios estudios han medido hasta la fecha el efecto en la salud a corto plazo de las partículas PM2,5, de diámetro menor a 2,5 micras y procedentes en gran medida de los vehículos con motores diésel.
Sobre su efecto a largo plazo, sin embargo, apenas había investigaciones. Hoy la revista The Lancet publica un trabajo con datos de 22 grupos de estudio de toda Europa que incluyen a 367.251 personas a las que los investigadores han seguido durante cerca de 14 años.
Sus conclusiones son preocupantes para quienes viven en áreas con alta contaminación: por cada incremento de 5 microgramos por metro cúbico (mg/m3) en la exposición anual a las PM2,5 el riesgo de morir por causas naturales aumenta un 7%.
Las también llamadas partículas finas son el
contaminante que más preocupa actualmente a los expertos. Son peligrosas
porque, debido a su pequeño tamaño, penetran fácilmente en las vías
respiratorias y provocan inflamación.
La legislación europea ha fijado un límite anual máximo de concentración de PM2,5: 25 microgramos por metro cúbico. Sin embargo, cada vez más expertos en salud y calidad del aire cuestionan este límite por ser excesivamente permisivo.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que hay afectación para la salud a partir de 10 microgramos por metro cúbico de media anual. El estudio de The Lancet afirma, efectivamente, que la contaminación mata incluso por debajo de los límites europeos.
La legislación europea ha fijado un límite anual máximo de concentración de PM2,5: 25 microgramos por metro cúbico. Sin embargo, cada vez más expertos en salud y calidad del aire cuestionan este límite por ser excesivamente permisivo.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que hay afectación para la salud a partir de 10 microgramos por metro cúbico de media anual. El estudio de The Lancet afirma, efectivamente, que la contaminación mata incluso por debajo de los límites europeos.
"Una diferencia de 5 microgramos por metro cúbico se
puede dar entre una ajetreada carretera urbana y un lugar sin tráfico",
explica el director del estudio, el doctor Rob Beelen, de la Universidad
de Utrech, en Holanda. "Nuestros resultados confirman las
evaluaciones del impacto sobre la salud de las partículas finas en Europa, que
se han basado casi en su totalidad en estudios estadounidenses", añade.
Los investigadores usaron datos del European Study of
Cohorts for Air Pollution Effects (ESCAPE), el Estudio europeo de los efectos
de la contaminación ambiental en grupos de población. Emplearon datos de 22
grupos de estudio repartidos por 13 países europeos, a los que siguieron de
media durante 13,9 años. Situaron el lugar donde vivían estas personas y
obtuvieron las concentraciones de partículas 2,5 y otros contaminantes como el
dióxido de nitrógeno en esas zonas. Además, estudiaron la intensidad del
tráfico en esas áreas (vehículos por día en la carretera más cercana y tráfico
total en todas las vías en 100 metros a la redonda) y ajustaron al análisis
estadístico cuestiones como la hipertensión, la actividad física, la diabetes o
el colesterol de los participantes.
De los 367.251 individuos participantes, 29.076 murieron
por causas naturales durante los 14 años de seguimiento. El estudio concluye
que hay una asociación clara entre la mayor concentración del PM2,5 y el riesgo
de muerte por causas naturales. También señala que esa asociación es muy
evidente en los hombres, y no tanto en las mujeres, aunque no explica a qué
puede deberse.
Un grupo español del Instituto de Salud Carlos III
también ha estudiado el efecto de las partículas 2,5 en la salud, pero
a corto plazo, en concreto, en las hospitalizaciones. Según sus trabajos, las
PM2,5 resultaron ser el único contaminante primario "estadísticamente
significativo en todos los modelos", es decir, el que siempre se asociaba
a problemas de salud. El estudio comprobó que cada incremento de 10 microgramos
por metro cúbico de contaminación suponía un 3,8% más de ingresos
hospitalarios.